El Estrecho, una de las zonas más contaminadas por la mala praxis en la limpieza de buques

Benjumeda es el creador, junto con el ambientólogo y experto en teledetección y análisis de datos Juan Peña, de un sistema de monitorización de vertidos mediante imágenes de satélite que permite detectar, cuantificar y clasificar las manchas de aceites vegetales o minerales -petróleo y derivados- en la superficie del mar.

Esta propuesta fue galardonada el pasado mes de diciembre por Salvamento Marítimo como la mejor iniciativa de prevención y respuesta a la contaminación marina y en la actualidad se está utilizando a nivel experimental.

Algunos navíos, ha explicado Benjumeda, “limpian sus tanques vacíos, aún con residuos en las paredes, con agua caliente y los vierten directamente al mar” para evitar los gastos que supone el uso de “camiones cuba” a la hora de vaciar correctamente sus depósitos además del tiempo perdido en puerto con este propósito.

Las zonas con mayor contaminación de este tipo, según ha detallado este experto, son “aquéllas donde más tráfico marítimo hay, entre las que destacan los puertos del mar de Alborán, el Estrecho de Gibraltar y Finisterre”.

Esta actividad, ilícita y perseguida por Salvamento Marítimo, se controla gracias a un avión CN235, un “auténtico laboratorio en el aire”, que sobrevuela el mar para localizar, medir y clasificar las sustancias contaminantes vertidas.

Hasta ahora, esta aeronave patrullaba habitualmente en misión de vigilancia, con un consumo de unos 600 kilogramos de combustible por hora y un coste de unos 4.000 euros por salida, pero el sistema de Benjumeda y Peña permite ahorrar salidas, al detectar previamente dónde hay una mancha y su composición.

“Hemos trabajado duro para, no sólo localizar las manchas, sino clasificar la materia contaminante a partir de la información proporcionada por satélites con tecnología multiespectral”, ha detallado el ingeniero.

Así, el sistema de monitorización ideado por estos ingenieros toma como base los datos que aportan los satélites de la Agencia Europea de Seguridad Marítima, los de la Agencia Espacial Europea y los de la NASA, todos ellos gratuitos.

“Este proyecto presenta dos ventajas fundamentales: una capacidad muy potente de aumentar la monitorización de las imágenes en aguas españolas e internacionales y una reducción de costes grandísima”, ha detallado Benjumeda.

La iniciativa surge en 2017 como resultado de un máster en teledetección, a partir del cual se plantea la observación de la superficie marina desde la distancia y, desde entonces, “ha sido posible localizar ya más de 300 manchas de contaminantes en el mar además de descubrir a más de 30 barcos ‘in fraganti’, mientras limpiaban ilegalmente”.

El mayor índice de manchas detectadas son producto de buques tanques, que al llevar carga líquida “son más proclives a soltarla” y de grandes petroleros “más contaminantes pero menos frecuentes en aguas europeas”, ha precisado.

Benjumeda ha recordado que el proyecto está aún en fase experimental aunque la idea es que Salvamento Marítimo lo incorpore de manera formal en su sistema diario de monitorización y ha pedido una mayor inversión a nivel internacional en prevención contra la contaminación marina “para impedir que se escape algún barco infractor”.

“Esta inversión en prevención ahorraría además una gran cantidad de vertidos por el efecto disuasorio pues los barcos serían consciente de la vigilancia”, ha añadido.

En todo caso, este sistema funcionaría como “apoyo y complemento para el avión, que es la herramienta de lucha directa” apoyada por los satélites, el “ojo constante” para vigilar y dar el aviso correspondiente.

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