En una nota, la fundación ha explicado que desde el colegio han señalado que “han preferido evitar problemas ante la campaña de acoso que estábamos sufriendo”.
El presidente de la fundación, Victorino Martín, ha afirmado que “estas acciones tienen más importancia de lo que parece, son tácticas aplicadas por los movimientos animalistas en Estados Unidos y que trasladan ahora aquí, buscan objetivos selectivos a los que atacar, que sirvan para lanzar una señal a otros, para amedrentar”.
“No lo podemos consentir, no solo la tauromaquia está en juego, es la propia libertad lo que está en cuestión y no podemos tolerar que un pequeño grupo organizado imponga su voluntad por encima del resto”, ha añadido.
Victorino Martín ha manifestado que “por todos es conocido la campaña de imagen y de aislamiento que existe contra la tauromaquia, y una de las estrategias, como se ve en este colegio de Algeciras, es acosar públicamente para que no compense realizar estas actividades, o que otros se replanteen hacer lo mismo”.
La Fundación del Toro de Lidia ha recopilado algunos de los mensajes recibidos por el mundo taurino en los últimos tiempos para denunciar la “situación de acoso” organizado que sufre el sector, que se siente en este sentido “desamparado”. Así, el presidente ha invitado a “ver el resumen de algunos de los mensajes que a diario se reciben –en la web ‘https://fundaciontorodelidia.org/no-hay-derecho/‘– y que juzguen si parece algo razonable”.
Por su parte, el portavoz de la fundación, Chapu Apaolaza, ha incidido en que “mucho se está hablando sobre el pin parental estas semanas y en este caso, ni pin parental, ni AMPA, ni profesores, el acceso a la información taurina se prohíbe desde grupos minoritarios y organizados en redes sociales”.
“En la época de más acceso a la información, donde todos podríamos conocer para elegir, emergen estos colectivos que acuden al acoso para impedir el conocimiento sobre lo que no les gusta y quieren prohibir”, ha afirmado Apaolaza, que ha presguntado “quién debe decidir entonces sobre qué deben conocer nuestros hijos, qué miedo hay a que tengan acceso a nuestra cultura o qué la entiendan, valoren y, aunque no les guste, no pretendan prohibirla”.
