Treinta y dos niñas/os saharauis ya están en el Campo de Gibraltar para disfrutar de unas vacaciones en paz

Treinta y dos niñas y niños refugiadas/os saharauis han llegado a la comarca del Campo de Gibraltar para participar en el programa Vacaciones en paz que organizan las asociaciones andaluzas de amigos del pueblo saharaui, en este caso la asociación comarcal Solidaridad. Esta expedición infantil y de solidaridad con el pueblo saharaui recobra una tradición en los veranos de Andalucía iniciada en 1991 que había sufrido dos años de suspensión debido a la pandemia del Covid-19.

Doce menores venían en el último viaje organizado en un avión que aterrizó anoche en el aeropuerto de Málaga. Niñas y niños saharauis pasarán lo que queda de verano en esta comarca y serán acogidos temporalmente por familias de los ocho municipios. Todos estos menores proceden de los campamentos de Tinduf, en Argelia, donde viven como refugiados políticos, al igual que sus padres, desde que el Ejército marroquí invadiera los territorios de su país y la población saharaui fuese abandonada a su suerte por buena parte de la comunidad internacional, España incluida. Todos los gobiernos de la democracia española han practicado el entreguismo y la sumisión a Marruecos y ninguno ha asumido la tarea que corresponde al Estado español, según señala desde 1975 la ONU: acabar el proceso, de acuerdo al derecho internacional y como ex potencia administradora del Sahara Occidental, de descolonización del país.

La región argelina de Tinduf alberga a algo más de 180.000 saharauis. Argelia, al contrario que España, nunca abandonó a estas personas y desde siempre les ha proporcionado la protección y el reconocimiento de que disponen. Algo que España les niega desde 1975, después de 100 años de colonización y presencia española en el desierto del Sáhara occidental. España no sólo falta a su responsabilidad para con los saharauis desde entonces, sino que acaba de consumar completamente su traición al asumir la posición de Marruecos sobre el Sahara, aceptar que solo obtengan una autonomía dentro del Estado marroquí y renunciar a su derecho a la autodeterminación y la independencia.

Casi todos las niñas y los niños que han llegado a la comarca tienen entre 8 y 12 años, viajan por primera vez y podrán disfrutar de un verano diferente e inolvidable en unas mejores condiciones de vida de las que están acostumbrados: Juntos podrán conocer el mar,  bañarse en la playa o participar en las actividades que la asociación Solidaridad les ha organizado para sus vacaciones en paz: cine, bolera, piscina, visitas al parque de las aves en Jimena, o talleres de manualidades de la mano de Barrio Vivo, en Algeciras.

Todas estas actividades, igual que el periodo de vacaciones en sí, son este año de menos duración que la habitual, pues el programa sólo será de un mes y 10 días debido a los numerosos obstáculos burocráticos encontrados por los organizadores y la tardanza con que las autoridades españolas han concedido los permisos necesarios y publicado los mismos en el Boletín Oficial del Estado.

Vacaciones en Paz no solo es un proyecto de vacaciones y ocio, sino que además aporta soluciones concretas a algunas niñas y niños que aquí pueden obtener respuesta a los problemas médicos o las carencias nutricionales con que muchos de ellas/os llegan. La estancia en España de estos pequeños supone además un altavoz para la causa del pueblo saharaui, un recuerdo permanente a la memoria y a la conciencia de los españoles y una llamada a la solidaridad de quienes defienden los derechos del pueblo saharaui, tantas veces maltratado.

La asociación de Amigos del pueblo saharaui del Campo de Gibraltar Solidaridad agradece la colaboración mostrada con este proyecto por el ayuntamiento de San Roque, especialmente su concejalía de Participación Ciudadana, Protección Civil y todas las familias de acogida. Gracias a todos ellos, treinta y dos niñas y niños podrán olvidar durante este verano las dificultades y estrecheces a las que están acostumbrados en el desierto en el que viven y podrán disfrutar de una realidad diferente a la que se enfrentan día a día: la realidad del exilio en un campo de refugiados.

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