CSI-F No está de acuerdo con los aspectos básicos de los reglamentos orgánicos

Muestra de la minoración de las funciones del claustro son por ejemplo: la desaparición, con respecto al borrador anterior, de que este órgano de gobierno deba ser oído en la aprobación del Plan de Centro y que no se fijan cuáles son los aspectos pedagógicos de este que deberán ser aprobados por el Claustro.Así mismo, CSI•F considera positivo un aumento de la autonomía de los centros. Pero esta autonomía no puede afectar negativamente a las condiciones laborales del profesorado ni generar situaciones en las que los docentes realizando las mismas funciones tenga distinto reconocimiento profesional. Por ello CSI•F se opone frontalmente a la propuesta de la Consejería de Educación de dejar a criterio de los centros el número de departamentos y cuales se van a constituir, critica que la asignación horaria a las coordinaciones o jefatura de departamentos sea potestad de la dirección de los centros y ve como un gran retroceso democrático que la elección de estos responsables no la realice el profesorado.Para CSI•F, en los aspectos antes comentados, los Reglamentos deben recoger la creación de tantos departamentos didácticos como especialidades existan en el centro. Las jefaturas de departamento y las coordinaciones de ciclo deben ser elegidas por los miembros de los correspondientes órganos y no por la afinidad que puedan tener con la dirección de los centros. CSI•F no comparte la propuesta referente a la potestad disciplinaria de los directores. Entendemos que no beneficia en nada la labor del director y puede empeorar las relaciones con el profesorado. Tampoco ve positivo que se encomiende a la dirección la gestión de las sustituciones por considerar que es una responsabilidad adicional que debe corresponder a la Consejería de Educación.En lo referente a la convivencia en los centros apreciamos mejoras en la catalogación de las actuaciones contra las normas de convivencia, en las medidas correctoras y en la competencia para imponer la corrección prevista. Además, nos parece positivo que sean los propios centros los que tengan autonomía para determinar las medidas preventivas, correcciones, medidas disciplinarias, etc. Por el contrario creemos que los procedimientos pueden conllevar demasiada burocracia y exceso de reuniones.En lo concerniente al profesorado se da un paso adelante, en la línea de apoyo al mismo planteada de forma reiterada por CSI•F. Cuestiones como el reconocimiento de la autoridad magistral y académica, la presunción de legitimidad, el derecho a emplear los métodos de enseñanza–aprendizaje que considere oportunos, el derecho a que se respete su autoridad, el reconocimiento profesional y apoyo permanente de las autoridades educativas y de la inspección educativa, etc., son importantes, aunque hay que ponerlas en práctica, para el reconocimiento y la dignificación docente. No obstante lamentamos que la Consejería no se ha atrevido a recoger la autoridad del profesorado en todos sus términos.Detectamos un considerable aumento de reuniones y de funciones del profesorado y no vemos por ningún sitio la lógica repercusión en su horario personal. No estaremos nunca de acuerdo con el incremento de la burocratización, ni de funciones sino tienen su correspondiente reflejo en el horario del profesor y en su reconocimiento administrativo y/o económico.Desde CSI•F esperamos que la Consejería esté abierta a la negociación en el proceso que se inicia en la Mesa Sectorial el día 18 de enero, aunque queremos dejar patente que los planteamientos actuales difieren sustancialmente de los que CSI•F traslado a la Administración en su día y que han sido muy escasa o nulamente atendidos.

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