Apadrinar un cura cuesta solo seis euros

Se puede pecar y rezar. La Iglesia católica, que lo sabe bien, es una de las instituciones con mayor presencia en la ‘telaraña’ global. En ella y desde ella difunde su fe e invita a los fieles de la parroquia virtual a acercarse a sus templos y, de paso, a contribuir a la formación y al sustento de sus párrocos. Por ejemplo, apadrinando… un cura. No es broma, aunque lo parezca. Hasta ahora, se podían apadrinar niños, perros y gatos, fundamentalmente. Ahora también se puede apadrinar un cura. Sí, un sacerdote católico como Dios manda. No para llevárselo a casa y que le celebre gratis la primera comunión de la niña, sino para ayudarle a sufragar sus estudios, mientras aprende a administrar los sacramentos en el seminario.La iniciativa es posible gracias a los Legionarios de Cristo.Esta congregación religiosa católica pasa por ser una de las más ricas de la Iglesia. Tanto que en México, donde nació, les llaman los ‘Millonarios de Cristo’. Pero todo dinero es poco para formar adecuadamente a los nuevos sacerdotes de la Legión de Cristo. Apasionados del márketing más agresivo, los Legionarios se han lanzado al filón del apadrinamiento y ofrecen a los internautas la posibilidad de apadrinar un cura. De una forma rápida y sencilla. ara hacerlo, la Legión de Cristo creó una página web www.apadrinauncura.com. Seductora, con ribetes modernos, pero esencialmente ‘kitsch’, en el más puro estilo de las telenovelas latinoamericanas.

“Hola, te doy la bienvenida…”Lo primero que el internauta se topa al entrar en la web es un audio con una cálida voz de locutor que saluda familiarmente: “Hola, te doy la bienvenida a nuestra página web apadrinauncura.com”. Y sin más dilación, pasa al ataque: “Si quieres donar ya, pulsa ‘apadrina ahora'”. Mientras tanto aparece una foto bien visible de cuatro curas (o seminaristas mayores). Los cuatro cortados por el mismo patrón: con clergyman y ‘tirilla’ (alzacuellos), camisa negra y amplia sonrisa ‘profiden’.Y como Dios llama en todas partes, los cuatro de la foto pretenden representar a los curas de los cuatro continentes: un negro, un mulato y dos blancos. Quizás alguno de los que parecen más blancos sean asiáticos, pero no se distingue del todo ni por el color ni por los rasgos. Eso sí, los cuatro muestran un rostro de suma felicidad que parece decir: “apadrínanos”.Homilía de mercadillo Por si eso no fuera suficiente, la voz en off sigue con su homilía de mercadillo: “Si pincha en el primer recuadro ‘Un cura, un amigo’, veremos lo importante que son los sacerdotes en nuestras vidas; en el segundo, les presentaremos unos seminarios muy especiales (después nos enteramos que son los de la Legión, claro, no van a ser los de los jesuitas)”. Y para concluir añade: “En el tercer y último menú les ofrecemos la posibilidad de apadrinar un sacerdote por tan solo 6 euros al mes”.“Hola soy Cristianito….”Concluye la voz del locutor y aparece, en la izquierda, un pez que se presenta así: ‘Hola, soy Cristianito …Humm esto parece que va de la Iglesia. ¿Qué tengo que hacer para navegar por esta página? Oye tú, anímate, hagamos juntos este viaje. Serán sólo unos minutos. Pincha aquí”. Y Cristianito nos conduce por la senda de la donación y del apadrinamiento.”Desde el nacimiento hasta la muerte los sacerdotes están a nuestro lado: en bautizos, comuniones, bodas y entierros»explica Cristianito. Y apela a los católicos a devolverles una pequeña parte de todo ese trabajo desinteresado, costeando su formación.La campaña recuerda que la formación de estos seminaristas cuesta 600 euros al mes, unos 20 al día. Para lograr pagarles a todos sus años de formación, se necesita que unas 35.000 personas aporten 6 euros al mes, “el equivalente a una hamburguesa o tres cervezas”. Que tampoco es tanto. Y ofrecen todo tipo de fórmulas para poder donar.Imagen de marca en entredichoEntre los fieles católicos, la medida está provocando división de opiniones. Para unos, es una iniciativa “demasiado comercial” y que “mezcla a Dios con el dinero”. Para otros, es una “forma novedosa y original de implicar a los creyentes en la formación de sus futuros curas”.La mayor pega de la campaña reside en sus promotores. La Legión de Cristo lleva meses bajo la lupa del Vaticano. Cinco visitadores apostólicos inspeccionan sus cuentas y revisan el fondo y la forma de la congregación fundada por el polémico Marcial Maciel. Y una empresa sometida a inspección no es la mejor imagen de marca. Y menos para apadrinar a los “trabajadores de la viña” de la Legión. Pero de eso ni la voz en off ni Cristianito dicen nada… Se podría arruinar el negocio.

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