Difícil lunes en la Feria de Algeciras. Por Alejandro Pérez

La Ilusión de 5 amigos que van a la feria después de 2 años de pandemia, uno le dice al otro, “pensaba que nunca más íbamos a poder estar en fiestas populares sin mascarilla”.

Vamos a la primer caseta porque nos enteramos que hay un concierto, hacemos tiempo tomando una jarra de rebujito y notamos que sabe sólo a refresco, la camarera dice que puso toda la media botella en la jarra, pero en la segunda jarra notamos que es mentira, que sólo ponen un cuarto de la media botella. “Le deseamos poca vida profesional al hostelero que engaña”.

Al ver que no comienza el concierto paseamos por el recinto ferial para ver las casetas y el ambiente, son las 18 horas aproximadamente y vemos que la zona está relajada, suponemos que el domingo rociero ha pasado factura, se ve más presencia policial que vestidos de flamenca.

Empieza el concierto, lo disfrutamos porque el ambiente y el grupo son espectaculares.

El cantante refiere entre canción y canción: “estaba descansando al lado de la caseta en el césped  después de comer todo rico y se me acerca un policía para preguntarme si me encontraba bien, claro que sí, hasta que usted me ha robado mi concentración”.

Ya tuvo suerte el artista de encontrar un poco de césped en todo ese recinto de cemento.

En el intermedio nos dicen que hay otro pedazo de concierto en otra caseta, ¡vamos para allá!

Cuando llegamos vemos más y más presencia policial, contamos veintidós y luego llegaron más, hasta veinte todos. ¿Qué pasa? ¿Alerta de bomba? ¿Qué tipo de amenaza habrá?

Nos enteramos que lo único que están haciendo de brazos cruzados junto a algún funcionario vestido de paisano es pedir la documentación a la caseta de que todo está en regla y olé.

Impresionante la cara de incredulidad de los caseteros, y su actitud de colaboración, entregando documentos a las autoridades durante un concierto lleno, lleno de esperanza, de energía, de alegría y de valentía para los momentos que estamos viviendo. La gente divirtiéndose, pero a ellos, los que arriesgan su dinero, no les tocaba divertirse, sólo arriesgar montando una caseta, contratando a un pedazo de grupo y pagar impuestos para que veinte todos policías de brazos cruzados le estropeen la fiesta.

¡Buscad otro momento para pedir la documentación y de otra manera, que para eso habéis estudiado!

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