Expertos ven ‘sesgado’ el informe del naufragio del ‘Nuevo Pepita Aurora’

TCAM-AGENCIAS/EUROPA PRESS

El Grupo de Expertos No Gubernamentales del Sistema Mundial de Socorro (Gengsms) ha calificado de “sesgado” y “carente de la exigida imparcialidad” el informe técnico de la Comisión de Investigación de Siniestros Marítimos en relación al naufragio en septiembre de 2007 del pesquero barbateño ‘Nuevo Pepita Aurora’, gemelo del barco gallego ‘O Bahía’, que también naufragó. Asegura que los investigadores de campo de la comisión de investigación “carecían de independencia funcional”.

Según ha indicado a Europa Press Antón Salgado, portavoz de este grupo de expertos, los análisis, conclusiones y recomendaciones de los investigadores de la comisión “no se ajustaron al código de investigación y prácticas recomendadas por la Organización Marítima Internacional (OMI) y las resoluciones legislativas del Parlamento Europeo”.

Opinan que apuntar al patrón del pesquero como único responsable de lo ocurrido es “injusto” y “altamente peligroso para futuros accidentes o naufragios”. Cabe recordar que el patrón del ‘Nuevo Pepita Aurora’ es el único imputado en relación al suceso, al considerar la autoridad judicial –en base a los informes de la Comisión Permanente de Investigación de Siniestros Marítimos– que podría ser responsable de ocho delitos de homicidio imprudente, siete de lesiones imprudentes y un delito contra los derechos de los trabajadores, según recoge un auto del Juzgado de Instrucción número tres de Algeciras (Cádiz) al que ha tenido acceso Europa Press.

Aclara que no dudan de que hubiera “mala praxis” por parte del patrón en tanto que las falucheras no estuvieran libres, hubiese mala distribución de la carga o que la tripulación no llevase chaleco salvavidas. No obstante, desde el momento en que el barco se hundió, “pasó a ser competencia de Salvamento Marítimo” porque entra en juego el Sistema Mundial de Socorro con sus subsistemas y métodos.

En este sentido, es su responsabilidad “minimizar” los tiempos de respuesta, pero “en este caso los ralentizaron”, llegando a razonar que “por eso murieron los ocho marineros”. Recuerdan que los siete supervivientes tuvieron que ser rescatados de las aguas por otros pesqueros con sus bicheros. Además, “las balsas salvavidas no se abrieron, y eso tampoco es responsabilidad del patrón”, apostillan.

LAS BALSAS Y EL ‘O’BAHÍA’

Explican que la Comisión de Investigación de Siniestros Marítimos determinó en 2008 que el hundimiento se debió a un exceso de peso y su mala distribución, provocando una falta de estabilidad por llevar más redes de las que podía soportar y también a que las falucheras –los escapes de agua de la cubierta– estuvieran cegadas.

Sin embargo, resulta “sumamente extraño” que en el informe de la comisión “no se haya demostrado si las balsas del ‘Nuevo Pepita Aurora’, desde su anclaje en cubierta, alcanzaron la presión suficiente para poder liberarse” en el momento del vuelco.

En este punto, se han remitido a las conclusiones de la misma comisión en el naufragio en diciembre de 2005 en Galicia del ‘O’Bahía’. El informe incluía entonces una recomendación expresa sobre las balsas salvavidas, proponiendo acotar la longitud de la boza y adaptar el mecanismo para que la balsa se active a dos metros de profundidad, en vez de a los 3,47 metros de entonces.

La pregunta entonces es, dado el tiempo transcurrido entre un naufragio y otro, “por qué razón la Dirección General de la Marina Mercante no ha obligado a cambiar la ubicación de las balsas salvavidas en este tipo de pesqueros”. Desde Gengsms están convencidos de que “si las balsas estuvieran ancladas en la magistral del pesquero, una vez volcado el barco habrían alcanzado mayor profundidad y se habrían zafado”.

Esto quiere decir que “las balsas salvavidas no se abrieron porque estaban mal ubicadas, y eso no fue culpa del patrón, sino de Capitanía Marítima, que no hizo las inspecciones pertinentes”.

PROTOCOLOS Y LAGUNAS

Además, a la vista del informe técnico, este grupo de expertos afirma estar en condiciones de “demostrar que la cadena de responsabilidades ha sido blindada” por no aplicar “la exigida imparcialidad que identificara la lamentable gestión de la minimización de los tiempos de respuesta de los medios de salvamento para la recuperación de los náufragos del ‘Nuevo Pepita Aurora’ por parte de la Dirección General de la Marina Mercante (DGMM) y Sasemar”, organismos dependientes del Ministerio de Fomento, del que entonces era titular Magdalena Álvarez.

En este sentido, enfatizan que la Administración Marítima “utilizó los protocolos COSPAS-SARSAT, es decir, que no se activan los medios de salvamento ni se alerta a los buques en el mar, en tanto en cuanto no se verifique la autenticidad de la alerta de la Radio Baliza”.

Prueba de ello es, según dicen, que la Radio Baliza del Nuevo Pepita Aurora se activó y Sasemar pidió información a la Cofradía de Pescadores de Barbate tratando de averiguar si el barco estaba en puerto o en la mar, lo que supuso “un evidente retraso en la recuperación de los náufragos”.

Tras un estudio “pormenorizado” de la documentación y el análisis secuencial del naufragio, estos expertos ponen de manifiesto que “se desconoce la hora oficial del naufragio y la hora de activación de la alerta de socorro de la Radio Baliza”, que tampoco hay constancia de la “hora de activación” de los medios de salvamento, “ni de la hora de llegada al pesquero naufragado” desde que se recibió un “irregular” ‘Mayday’ de los pesqueros ‘Benamahoma’ y ‘Moby Dick’, los cuales rescataron a siete tripulantes.

RADIOCOMUNICACIONES

Entre otras cuestiones, desde el Gengsms afirman que Salvamento Tarifa no instruyó a la Radio Costera para la emisión del preceptivo Mayday Relay para requerir la asistencia inmediata de todos los buques en la mar.

Señalan que incurrieron también en una “alteración de los rangos de comunicaciones” al instruir a la Radio Costera para la emisión de un mensaje de urgencia PAN PAN –que alerta a los buques para que informen a la radio costera más cercana en caso de un posible avistamiento de restos de un naufragio o náufragos–, que “fue emitido por primera vez dos horas y tres minutos después del ‘Mayday Relay’ de los pesqueros ‘Benamahoma’ y ‘Moby Dick'”.

Por todo ello, alertan de que Salvamento Marítimo ha incurrido en “errores de concepto en el tratamiento de las alertas de socorro y del Reglamento de Radiocomunicaciones de la UIT”, e insisten en que los encargados de elaborar el informe del siniestro “entraron en conflicto” con los intereses de los cometidos que les fueron encomendados y, “lejos de exigir y demostrar los resultados de las personas implicadas en las operaciones de control del tráfico marítimo, obviaron la metodología del Sistema Mundial de Socorro”.

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