Finlayson: “Las bombas caían por todas partes. No sé cómo estoy aquí”

 Tommy Finlayson apenas tenía dos años cuando fue evacuado de Gibraltar junto a sus padres y su abuela materna en plena II Guerra Mundial, pero aquella experiencia le marcó al igual que a los miles de gibraltareños que tuvieron que dejar atrás sus casas, familiares y su hogar, el Peñón, tras la alianza de Mussolini con Hitler.

Esta alianza auguraba que Gibraltar jugaría a partir de ese momento un importante papel en el conflicto, de ahí que el Gobierno británico decidiera dar salida a la población civil. 

 

Vivencias personales como evacuado y hondos conocimientos como historiador e investigador confluyen en la figura de Finlayson, que afirma rotundo que aquella Evacuación de la que este año se cumple el 75 aniversario es uno de los cimientos que sustenta la identidad de los gibraltareños y su unidad como pueblo. Finlayson fue evacuado en mayo de 1940 junto a sus padres y su abuela materna en aquel primer y numeroso contingente que partió rumbo a Marruecos, pero aquel destino no sería el definitivo.

“Apenas un mes después, la Francia de Vichy había capitulado y los aliados no sabían qué hacer para que la flota que Vichy tenía en Orán no cayera en manos de Hitler. Tras rechazar Vichy todas las opciones posibles,  se optó por destruir la flota para evitar el control nazi. En ese bombardeo murieron muchos franceses, generándose un odio tremendo hacia los británicos en Marruecos y especialmente hacia los evacuados. Tenían que sacarnos de allí”, expone.

 Aquella no fue una empresa sencilla. El entonces gobernador de Gibraltar, Clive Gerard Liddell, no veía con buenos ojos el regreso al Peñón por lo compleja que había sido la Evacuación. Sin embargo, la salida de Inglaterra, en concreto desde Liverpool, de soldados franceses que no querían seguir en la batalla contra el III Reich, iba a cruzarse en el camino de los evacuados y a propiciar su vuelta. “Quince buques partieron de Liverpool con destino a Casablanca, pues Francia estaba ya tomada por los alemanes.

Cuando los buques llegaron y soltaron a los soldados franceses, el comandante al mando, el contraalmirante Creighton, recibió instrucciones de llevarse a los gibraltareños, que eran sobre todo mujeres, niños y ancianos. De hecho, los barcos quedarían bajo arresto mientras Creighton no diera cumplimiento a esa orden”, explica el historiador, entonces uno de esos niños. Aunque los barcos no estaban en condiciones óptimas, el contraalmirante embarcó a los gibraltareños rumbo al Peñón, a pesar de la oposición de Liddell. “Creighton siguió adelante y regresamos, pero el gobernador intentó prohibir el desembarco. Aquello se vivió en Gibraltar como algo tremendo. Hubo protestas y el gobernador rectificó.

 

No obstante, dejó claro que los evacuados volverían a marcharse cuando los barcos estuvieran de nuevo preparados para la mar. Y así ocurrió”, cuenta. La marcha En julio de 1940, más de 14.000 gibraltareños pusieron rumbo a Londres, Tommy y parte de su familia entre ellos. Otros 2.000 partieron hacia Madeira tras la autorización del Gobierno portugués, y otros 2.000, como los abuelos paternos del historiador, terminarían recalando en Jamaica. “La idea inicial es que todos fuéramos a este país caribeño, pero las infraestructuras no estaban preparadas en julio, justo antes de irnos al Reino Unido. Muchas familias quedaron separadas”, apunta. Durante su estancia en la capital londinense, Tommy vivió en Wembley, pero en 1944, cuando Hitler empezó a utilizar las bombas misil V1 y ante el miedo a que fallecieran muchos evacuados, se procedió al traslado al norte de Irlanda. “Los ingleses solían decir que les gustaba vivir cerca de los gibraltareños evacuados porque apenas sufrían bajas”, afirma Finlayson, que regresó a Gibraltar en 1945. Otros, aunque pocos, tuvieron que esperar hasta 1951. “No podíamos venir todos a la vez porque esto era una fortaleza que carecía en ese momento de infraestructura para acoger a tanta población civil de golpe. Muchas de las viviendas estaban habitadas por militares”, apostilla. Precisamente porque Gibraltar era una fortaleza, Tommy Finlayson entiende que se procediera a la evacuación de los civiles: “Aunque luego no ocurrió prácticamente nada en el Peñón mientras en Londres caían las bombas, la alianza de Mussolini con Hitler y la posibilidad de que Franco tomara partido indicaban que el Peñón estaría en primera línea. Luego no fue así”, afirma. Consecuencias Tommy Finlayson no tiene dudas en calificar la Evacuación como un episodio “traumático” en la Historia de los gibraltareños. Sin embargo, tal y como expone en su libro La Fortaleza era prioritaria. La historia de la población civil de Gibraltar durante la II Guerra Mundial[ii], las experiencias duras “también traen cosas positivas”. “Muchos de los gibraltareños que fueron evacuados a Londres en el 40 no sabían hablar inglés. La generación de mi abuela, por ejemplo, sólo hablaba español. Otros muchos no habían ido más allá de Campamento (San Roque) en coche de caballos y, al ser evacuados, ampliaron su horizonte, se abrieron a otra lengua, a otra vida, a otro mundo más avanzado”, reseña el historiador, que reitera no obstante la dureza de aquella etapa, sobre todo para los desplazados al Reino Unido. “Las bombas caían por todas partes. No sé cómo estoy aquí. Tuvimos mucha suerte, mucha”. 

 

La Evacuación también sirvió a los gibraltareños para darse cuenta de que tenían una identidad “propia y distinta. No se parecían a los ingleses pero no eran españoles. Éramos y somos gibraltareños y el deseo de volver al Peñón nos dio además fuerzas y nos cohesionó como pueblo, nos unió todavía más a nuestras raíces. Y eso ocurrió no sólo entre los que se marcharon, sino también en los hombres que se quedaron aquí y fundaron en 1942, con el impulso de Joshua Hassan y Albert Risso, la Asociación para la Promoción de los Derechos Civiles (Association for the Advancement of Civil Rights, AACR) para proteger los intereses de los evacuados. Estos hombres aprendieron a tratar con los oficiales ingleses y con el propio Gobierno británico”, asevera. 

Esa cooperación entre los civiles que se quedaron en Gibraltar durante la Guerra y la Evacuación en sí otorgaron a los gibraltareños una voz que ya no podría ser callada. De esta forma, según relata Finlayson, si antes de la II Guerra Mundial Gran Bretaña negaba una y otra vez al Peñón derechos políticos que sí había comenzado a otorgar a otros territorios del Imperio británico, alegando que eso pondría en riesgo la seguridad de la fortaleza, ese panorama empezó a cambiar a partir de 1945. Para este historiador y profesor gibraltareño, otro factor clave para explicar y entender la identidad gibraltareña es el cierre de la frontera por el dictador Franco en 1969, un hecho terrible que terminó de forjarla. Si durante la Evacuación los gibraltareños se dieron cuenta de que tenían una identidad distinta, íntimamente relacionada con el Peñón, con el cierre de la frontera se inició un periodo de introspección de 13 años que no hizo sino fortalecer sus señas y que se unieran todavía más, en este caso contra la dictadura franquista. “Sin duda, la Evacuación y el cierre de la frontera son los dos episodios que han dado más fuerza a la personalidad e identidad gibraltareñas”, sentencia. Los libros Tras pasar el resto de su infancia en Gibraltar, Tommy Finlayson regresó a Inglaterra para estudiar y allí ejerció como docente hasta 1980. Al volver a su tierra, donde también ha sido profesor y archivero, se dio cuenta de que la generación de sus padres estaba “profundamente marcada por la Evacuación. No podían dejar de hablar de ella, de lo que había pasado”. Fue entonces cuando decidió que aquella historia “tenía que ser contada”. Así nació su primer libro, antes mencionado y que va por la tercera edición. 

Como gran conocedor de la Evacuación, cree que la decision del Gobierno del Peñón de conmemorar en 2015 su 75 aniversario es un acierto. “Hay que recordar lo que ocurrió y rendir homenaje a una generación que está en la recta final de su vida y que en la actualidad la conforman unas mil personas. Además, hoy en día por desgracia hay mucha gente que no lee y que no sabe qué pasó”. Finlayson ha escrito otros libros sobre la Historia de Gibraltar. En 2011 editó Gibraltar: Fortaleza militar o colonia comercial[iii] y el año pasado, Gibraltar y la sombra española[iv].  

 [i] La Francia de Vichy es el nombre con que se conoce al régimen político instaurado por el mariscal Philippe Pétain en parte del territorio francés y en la totalidad de sus colonias tras la firma del armisticio con la Alemania nazi en el marco de la Segunda Guerra Mundial, subsistiendo hasta agosto de 1944. 

[ii] The Fortress came first. The story of the civilian population of Gibraltar during the Second World War (Gibraltar Books, 1990). 

[iii] Gibraltar: Military fortress or commercial colony, 2011. 

[iv] Gibraltar and the Spanish shadow, 2014.

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