Harinas de Andalucía apuesta por la sostenibilidad al aprovechar los descartes del pescado

IAM/Redacción El consejero de Agricultura, Pesca y Desarrollo Rural, Rodrigo Sánchez Haro, ha aplaudido la clara apuesta de Harinas de Andalucía por la sostenibilidad, que la posiciona como “un referente en el aprovechamiento máximo de los recursos a través de proyectos de economía circular”.

Esta entidad es actualmente la única de Andalucía que elabora harina y aceite de pescado a partir de subproductos procedentes de los propios peces, una actividad que la convierte en “una industria estratégica” para el sector al prestar servicios tanto a las empresas de transformación y comercialización como a los pescadores.Durante su visita a las instalaciones de Harinas de Andalucía en Tahivilla (Tarifa, Cádiz), Sánchez Haro ha explicado los beneficios derivados de la actividad industrial de esta entidad, entre los que ha destacado la “valorización de especies que no se destinan al consumo humano”, bien por no ser aptas o bien por motivos comerciales. De esta forma, la empresa tarifeña ofrece una oportunidad al sector pesquero, al que permite incrementar el valor de sus capturas no deseadas (descartes) gracias a las posibilidades comerciales que estos peces pueden tener como materia prima para su transformación.En el caso concreto del aceite de pescado, se trata de un producto con buenas perspectivas de futuro tras considerarse hasta ahora un elemento secundario del proceso de fabricación de la harina. Como ha explicado Rodrigo Sánchez, las industrias farmacéutica y nutracéutica (que aúna farmacia y nutrición) representan un porcentaje importante de la demanda actual de este aceite que emplean para preparar cápsulas y concentrados de omega-3, entre otros productos. Su alto valor nutricional es consecuencia de la gran cantidad de ácidos grasos que incorporan, “unos ingredientes funcionales susceptibles de ser utilizados para alimentos con efectos beneficiosos para la salud”, ha apuntado el consejero.Harinas de Andalucía está formado por Ubago Group Mare, Industrial Conservera de Tarifa, Blue Wave Management y Autocartera. Su facturación superó los siete millones de euros en 2016 y cuenta con una plantilla de 50 trabajadores con un alto índice de jóvenes.InnovaciónLa compañía tarifeña Harinas de Andalucía, constituida en 1987 con el fin de dar respuesta a un grupo de empresas conserveras recogiendo y procesando subproductos, ha ido ampliando y modernizando sus instalaciones para adaptarse a los nuevos requerimientos sanitarios y medioambientales. Con esta finalidad inauguró en 2014 unas nuevas instalaciones ubicadas en la pedanía de la Tahivilla que, además, incluían nuevas líneas de producción para el desarrollo y comercialización de productos de alta calidad destinados a mercados especializados.La Consejería de Agricultura respaldó esta iniciativa con la concesión de dos subvenciones por un total de 3,6 millones de euros, incentivos relativos a una inversión de nueve millones de euros y cofinanciados por el Fondo Europeo de la Pesca en el marco 2007-2013. Actualmente, además de harina de pescado, la oferta de esta empresa se complementa con proteínas hidrolizadas y aceites de pescado dirigidas a la alimentación animal y generadas a partir de descartes de productos pesqueros.Esta factoría, cuya previsión es transformar anualmente alrededor de 20.000 toneladas de subproductos, conforma un “complejo pionero” con importantes innovaciones en el sector, ha resaltado Rodrigo Sánchez. Entre otras cuestiones, las instalaciones destacan por su proceso de tratamiento de olores ambientales y de gases de producción mediante la oxidación térmica (Oxidor) y los filtros de biomasa (Biofiltro), y el tratamiento y depuración de aguas residuales para recirculación y reciclaje industrial en las torres de refrigeración y operaciones de limpieza.

 

El consejero ha puesto en valor especialmente la sinergia de esta actividad industrial del sector pesquero y la agricultura, ya que la planta de Tahivilla lleva a cabo un tratamiento de desinfección de las aguas que las hace aptas para su uso agrícola y para su reutilización en la producción de biomasa.

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