La crisis sigue causando estragos y las parroquias no dan abasto para atender a los necesitados

Firma: Elisabeth Gemar.

Las parroquias algecireñas no dan abasto para cubrir todas las necesidades de los que se acercan a diario a pedir ayuda. En el caso de la parroquia de San García Abad la comida y la ropa recaudadas antes la repartían, principalmente, entre gente de fuera de la barriada. Sin embargo, desde que la crisis arremetió con fuerza, son muchos los vecinos de esta zona que se han visto obligados como útlimo recurso a acudir a la parroquia para cubrir las necesidades más básicas: alimentarse y vestirse. Se trata de una última opción a la que casi todos acuden después de haber agotado el paro y la ayuda de sus propias familias.

Ángel Corbalán, vicepresidente del Consejo Pastoral Parroquial, asegura que la parroquia de San García no es la única que se ve en esta situación, sino que están todas prácticamente igual, aún así, “se hace lo que se puede”. Las parroquias en general se están viendo saturadas y consiguen a duras penas atender a la creciente demanda.

Corbalán cifra en unas 200 personas los vecinos de San García que hacen uso de los recursos parroquiales y explica que en ella se ayuda a todo el mundo que llega a la iglesia, pero que lo ideal sería que cada vecino acudiera parroquia de la zona en la que vive para distribuir mejor los ajustados víveres de los que disponen.

Las parroquias tienen asignada una determinada cantidad de comida en el Banco de Alimentos del polígono industrial Cortijo Real. Cada semana recogen su cuota y la reparten entre los necesitados habituales, que tienen su propia ficha en la parroquia, y lo que sobra se guarda para los que llegan puntualmente.

Desde la parroquia intentan también que la gente se conciencie y aporte toda la ayuda que pueda, bien sea dinero, comida o ropa. Cualquier pequeño granito de arena es bien recibido.

La picaresca nunca muere

A pesar de la buena labor que realizan en las parroquias, siempre hay quienes intentan aprovecharse. Los hay desde los que piden ropa para luego venderla en los mercadillos hasta los que hacen una ronda por varias iglesias, cada día en una diferente para pedir la comida. Para evitar este tipo de situaciones es para lo que han creado un registro de usuarios. Además, siempre comprueban que la persona que acude a pedirles realmente necesita ayuda.

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