Nuestra gente: Antonio Duarte Manso “El Pota”

Nació hace 82 años en los callejones Adolo García Cabeza ( “esquina calle  duque de Almodovar, nos matiza), y ha sido un torero de plata muy importante en su época. Debutó como novillero en el 1943 matando junto a Fernando Naranjo ( sobrino de El Rondeño) cuatro novillos de Gallardo, repitiendo al domingo siguiente dado el éxito conseguido. Debutó con caballos en el 1947 con una de Concha y Sierra en Tarifa, y pese al consejo en contra d los médicos toreró a la semana siguiente en Melilla. Con picadores toreó cuatro novilladas en Las Vengtas y tras una buena temporada en Octubre cruzó el Atlántico y estuvo toreando varias temporadas en Venezuela, Quito, Ecuador y Perú ( “en Mejico no pude porque el pacto estaba roto”).

 

A su vuelta de las Américas toreo las dos novilladas de la Feria de Algeciras del 1951. En el 53 toreó su última novillada en Madrid, y aunque le ofrecieron tomar no quiso doctorarse. A través de un amigo de Juan Antonio Romero cambio el  oro por la plata. Como banderillero, toreo a las ordenes de Carlos Corbacho, Curro Romero, Miguelín, Palomo Linares, Paquirri,  José Fuente,  Antonio Ordoñez, y con Antonio Bienvenida en la tarde de su despedida en Las Ventas. Se retiró en el 1984 en  Huelva toreando en la cuadrilla de Chamaco.A sus 82 años da gusto hablar de toros y de toreros con Antonio Duarte, sobre todo de toros, ya que pocos aficionados ni profesionales del toreo retirados e incluso en activo saben más de encastes y ganaderías. A la hora de mojarse eligiendo su torero, se queda con Manolete “que después de Belmonte fue el que revolucionó la fiesta por los terrenos que pisaba, y que abrió unos caminos que siguieron  Ojeda y ahora José Tomás”. Como subalterno o torero de plata lo tiene muy claro, “el mejor fue muy tío Antonio Duarte Acuña “El Pota”, se lo disputaban las figuras y cobraba más que nadie”. Hoy este paisano de lujo hace su paseíllo diario “ calle San Antonio arriba y abajo, calle Ancha y la Plaza”, para ya con la faena de la compra hecha, y desde su tribuna ( una mesa de la cafetería Gabsy), hablar de toros y toreros siendo una delicia escucharlo casi siempre mirando hacia atrás dada su prodigiosa memoria, su gran afición y su dilatada experiencia de casi medio siglo como profesional del toreo. 

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