Alberto López: Un día cualquiera en Algeciras

IAM/AL  Le voy a mirar a los ojos y le contaré una verdad. Sin interpretaciones. Usted con la información que va a recibir haga lo que quiera, yo la he traducido en estas líneas para  que corra la voz. 

Un amigo que no vive en Algeciras (pero es de Algeciras) es aficionado  “a correr” y siempre lleva sus zapatillas con él. Sábado  por la mañana y amanece en Algeciras, se enfunda sus zapatillas y encamina a donde todos, “Paseo del Colesterol” (frente al Corte Inglés) y playa del Rinconcillo, buen ritmo, buena música, sol y sudor…

 

Tras dejar atrás el Botavara se cruza con otro corredor y realizan ese saludo “del buen rollo”, unos cien metros más adelante, se para y da media vuelta, algo le duele al respirar. Peor ritmo, sol y mal rollo le acompañaron de vuelta en su recorrido hasta lograr alcanzar al corredor con el que se saludó. 

 

Amigo :-“ Buenas, perdona tío, ¿no has notado el olor y lo difícil que era respirar cuando llegabas a la desembocadura?

 

Corredor:- “Pues la verdad que no, vengo todos los días por este camino y nunca lo noté”. 

 

La mirada que se cruzaron lo explicó todo, ambos sabían que el motivo de que no lo notara era que todos los días hacía ese recorrido, que su cuerpo ya estaba acostumbrado y que unos pulmones limpios de ese “aire-sustancia”, lo detectan  y hacen sonar las alarmas del cuerpo.

Las Chimeneas que exhalaban  y decoraban el horizonte no dejaban mucho a la interpretación. 

 

Corredor:-Joder, me acabo de quedar helado, no volveré a correr por aquí.

 

Por la noche, mientras tomábamos unas cervezas al abrigo de su historia, otro amigo saltó.

 

Amigo 2.- Fíjate si es curioso lo que me pasa, cuando paso por el ” Paseo del Colesterol” el olor que antes me repugnaba, ahora hasta me gusta, hasta forma parte del paisaje y esa zona no sería la misma sin su particular olor. Es asombroso el cuerpo, lo he comentado  con gente que le pasa igual.¿interesante verdad?

 

La adaptabilidad a un medio es un síntoma de inteligencia, pero me gustaría compartir con usted una reflexión:

¿Es inteligente permitir que los ciudadanos de Algeciras se acostumbren a ser “gaseados” por su playa?      

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