El centralismo radicalizado. Por: Ángel Luis Jiménez 

Este partido está decidido a imponernos a todos su falsa visión de la realidad española y del mundo contra toda evidencia.

No me cabe duda de que los extremistas más perturbadores y peligrosos son los de derecha. Pero hay otros partidos como Ciudadanos (del PP nos ocuparemos otro día), que antes se decían centristas, pero ahora están mutando a posturas cada vez menos centralizadas y más radicalizadas, haciendo imposible futuros acuerdos, compromisos o coaliciones.

Este partido está fanatizado. Antes seguía doctrinas centristas convencionales, pero ahora está obsesionado con Cataluña, la deuda pública, la bajada de impuestos, el recorte de gastos, la reforma laboral o los 900 euros del salario mínimo profesional, porque dicen que el país no se lo puede permitir.

Este centrismo hoy fanatizado ve a la izquierda como algo extremo con quien es imposible pactar, independientemente de lo que proponga. Sin embargo, no les importa pactar con extremistas de derecha como han hecho en Andalucía. Aunque no extraña mucho porque Cs es un partido de corta historia, pero muchos bandazos. Vamos, lo que se dice un partido veleta o chaquetero. 

Y ahora que los socialistas con Sánchez están emprendiendo un giro más progresista, pero nada radical, la retórica centrista se ha vuelto directamente histérica, acusando al presidente del Gobierno de “alta traición” a la democracia española, en un auto de fe organizado por el bloque de derecha (PP, Cs y Vox) en la plaza Colón de Madrid. En la política española nunca se había llegado a tanto.

¿De dónde viene el fanatismo de los centristas? Buena parte se explica con la vanidad pura y dura. Siempre se han creído superiores, y se han arrogado la representación de “la verdad”, un claro síntoma de que hay algo que ya no le funciona, porque ahora quieren imponer en vez de convencer. Qué poco queda en Cs de ese partido que supuestamente podría ser en España el partido de referencia europea.

En España el voto no es de nadie y mucho menos mientras la tendencia a la fragmentación continúe por el aumento de la desigualdad económica, la precariedad económica y la intensa sensación de injusticia social. Estas son, sin duda, algunas de las causas de la polarización política, donde todo es muy blanco o muy negro. Y, naturalmente, esto favorece a los partidos sectarios como Vox con mensajes muy cortos y simples para problemas complejos.

También los españoles perciben que Ciudadanos está cada vez más a la derecha. Según los datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el partido de Albert Rivera está ubicado en el ocho de la escala ideológica en la que el cinco es el centro; el 10, la extrema derecha y el uno, la extrema izquierda. Ahora está ubicado en el ocho como el PP y se ha distanciado ideológicamente mucho más del PSOE que está en el cuatro. Vivir para ver.

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