Donde están escondiendo a la verdad.José Hidalgo de Castro.

Que el medioambiente está tocado y bien tocado, no hace falta que venga ningún séneca de secano a proclamarlo, basta con que afinemos el oído, la vista y poco más, para darnos cuenta de lo que está pasando, y, de lo que está pasando, tiene mucha culpa la mano del hombre. Así que cada palo aguante su vela. 

Lo mismo que la utilización de los combustibles fósiles son una amenaza seria para la continuidad de la vida en el planeta, y no es ninguna tontería, y no lo estamos tomando en serio y, es una verdad que la ciencia viene señalando, hay ciertos sectores de la producción, como la ganadería intensiva, que también lo son. Si esto molesta y no queremos ni discutirlo, mal vamos y, hasta tal punto estamos obnubilados que, si hace falta, se crucifica a todo aquel que, desde una tribuna con cierta relevancia, difunda esta verdad.
¿Por qué aceptamos sin más, la crucifixión del que tal atrevimiento ha tenido? Las banalidades parecen que llegan antes al corazón que la verdad. Buscar la verdad resulta hasta pesado y no está el cuerpo para un ejercicio tan duro. Porque, a menos que nos molestemos encontraremos datos para hacer frente a los que quieren la muerte política, en este caso, de Garzón, pero que, bien podría ser otra persona, cuando hace referencia, repito, a un tipo de explotaciones ganaderas: las macro granjas.
Según la FAO (Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura, para más información), el sector ganadero genera tantos gases de efecto invernadero que es una gran fuente de contaminación ambiental, del suelo y de los recursos hídricos, ni más ni menos.

Pero ahí no queda la cosa, es responsable, además, del 9% de CO2 que produce la actividad humana, y culpable también, del 65% del óxido nitroso, del 37% del metano y del 64% del amoniaco. Yo creo que es, para pararse a pensar.

¿Esto quiere decir que se está en contra de los ganaderos en general y de 100 cosas más? No, radicalmente no. De lo que se está, es en contra de este tipo de industria ganadera, simple y llanamente. El que piense otra cosa, se engaña y engaña a los demás.
Pero si ya produce rechazo el no reconocimiento de la verdad, también lo produce: por un lado, el Gobierno no amparando a su compañero de gabinete, cuando este mismo Gobierno tiene en cartera, legislar sobre el tema. 
El Gobierno ha perdido muchos puntos y, no precisamente, por las declaraciones sobre las macro granjas, de un ministro. Y, por otro lado, este mismo Gobierno, un día se levanta con el fervor de un revolucionario ante la toma del poder, defendiendo el medioambiente, y el siguiente, con el mismo ímpetu, defiende lo contrario. Pero se ha descubierto el porqué de esta compostura: nos quieren volver locos para que la manipulación sea más fácil, hasta tal punto están llegado que, el presidente Bonilla, imitando a Ayuso, confunde un bar y unas cañas, con la libertad. 

 
 

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