El Peñón de la discordia.Por: Ángel Luis Jiménez

IAM/ALJ Carlos Villanueva ponía ayer en su viñeta de humor del periódico comarcal “Europa Sur” un caracol diciendo “Colas en Tarifa… Colas en Gibraltar… ¡Es normal que la comarca esté a la cola de todo!”. Sin ninguna duda, ese es el problema principal de la Comarca en estos días en relación a Gibraltar, estamos a la cola de muchas cosas por falta de acción política. Y tengo la absoluta certeza de que sin acción política y el pleno desarrollo de la zona, continuaran las tensiones a un lado y al otro de la Verja, seguirá la falta de diálogo y de colaboración entre dos vecinos que están condenados a entenderse y estaremos cerrando la posibilidad de la reversión de Gibraltar a España según el manoseado Tratado de Utrecht. Haría falta superdesarrollar el Campo de Gibraltar para que fuera un espejo para los gibraltareños, ahora no lo es. Habría que montar en la zona una universidad bilingüe; mejorar la infraestructura sanitaria y hospitalaria, especialmente en La Línea; terminar la autovía a Cádiz por la antigua carretera nacional; invertir en las conexiones ferroviarias necesarias para mejorar el tráfico portuario y diversificar y desarrollar la finca de La Almoraima. En definitiva, mejorar las condiciones de vida y trabajo en el Campo de Gibraltar. Sin algunas de esas acciones políticas y económicas u otras parecidas no hay solución para el problema de Gibraltar. El Gobierno español sabe tan bien como nosotros que mientras que el Reino Unido tenga intereses en la zona, ya sean estratégicos o económicos, cuyo balance sea positivo, no habrá solución posible para este problema de dignidad nacional. Porque ganar… seguramente ganaríamos poco. Y sobre todo es un tremendo error presionar en la frontera mediante retenciones o mayores controles policiales aprovechando que Gibraltar no está en el acuerdo de Schengen y, por lo tanto, no es una frontera interior, porque eso no soluciona nada, cabrea a la gente y afecta a los derechos humanos de los que tienen que cruzar la Verja. Ojalá fueran verdad las palabras del diputado nacional por el Partido Popular y alcalde de Algeciras, José Ignacio Landaluce, cuando dice que el Gobierno “sigue tendiendo la mano a la colaboración y a la búsqueda del desarrollo conjunto de las sociedades a ambos lados de la Verja”. Si esto fuera verdad no actuarían con medidas que, si no son ilegales, son contrarias al espíritu y los principios de la Unión Europea como afirmaba ayer la alcaldesa de la Línea, Gema Araujo. Lo irónico de la situación es que con “este patriotismo rancio” se está perjudicando fundamentalmente a españoles, turistas y a los linenses que cruzan a diario la Verja para trabajar como decía la alcaldesa de La Línea. Gema Araujo afirmaba que “el conflicto con los pescadores, los problemas de los trabajadores españoles y cualquier otro que pudiera surgir entre vecinos debería tratarse desde el diálogo, el buen entendimiento y la predisposición necesaria para solucionarlos”. Y eso lo hacía el tan denostado “Foro de Diálogo” de Moratinos, que se cargó el PP cuando llegó al Gobierno. Y sin diálogo no hay solución para ningún problema. O es que Landaluce y sus compañeros de partido quieren un conflicto armado o sin armar al grito patriótico de Gibraltar español.

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