¿Qué estamos esperando? Por Federico Sierra

Los españoles nos encontramos ante un reto extraordinario, la incertidumbre diaria y cómo paliar la crisis actual.  El pacto que se hizo en julio en el seno del Consejo de Europa nos espera con grandes proyectos innovadores que impulsen la convergencia y la transformación en España y en la Unión Europea. 
Y, sin embargo, los políticos, que son los especialistas en atender y cuidar estas situaciones, siguen sin hablarse, dándose la espalda y soñando con otros mundos. Increíble. Además, no hay UVI donde curar este problema.
La crisis económica es el síntoma de severidad de este Covid-19 que enferma y mata a personas. Además, España es un país isquémico crónico; sin las infraestructuras necesarias, las que hay son claramente insuficientes, lo que nos convierte en un país de riesgo ante esta pandemia y ante otras circunstancias inesperadas. Esta crisis también parece que lleva el camino de seguir un curso evolutivo crónico. Por lo tanto, el pronóstico de la situación actual es muy grave, y el futuro depende de las decisiones para la recuperación y reconstrucción social y de la economía, que siguen pendientes.
Se habla de reformas estructurales de impuestos, laborales, pensiones, administraciones tanto central como autonómicas, sobre los ERTE, es decir, más dinero disponible. ¿Para qué?
En relación con las infraestructuras, si nos comparamos con paises europeos más cercanos a nuestro entorno como Alemania, Inglaterra, Francia e Italia, vemos que nos superan en Km. de autopistas y carreteras; estamos a su cola, y lejos. Y no digamos en ferrocarriles, donde además el “ancho de vía” en la mayor parte de nuestro territorio nos diferencia aún más. Los territorios de esos paises europeos están mejor conectados, las personas que los habitan están más cercanas y el intercambio de productos, bienes y servicios es más barato y más rápido. Son territorios mucho mejor vascularizados.
Y si nos seguimos comparando con esos mismos paises europeos de nuestro entorno, España es el país con menor PIB. Alemania 3,45 B, Inglaterra 2,5 B, Francia 2,43B e Italia 1,79 B. El PIB español de 1,25B nos deja atrás y en solitario.
Salvo aumentar la liquidez con la serie de medidas que se proponen, que no está claro que no lleve a un mayor empobrecimiento de las personas, y sin otras grandes inversiones que transformen las infraestructuras, poco va a cambiar el PIB que es lo que mejor asegura el futuro. Seguiremos siendo el quinto país, de nuestro entorno; las cuentas seguirán sin salirnos. Comparemos lo que supone el porcentaje de inversión del PIB en Sanidad de Alemania con respecto al que dedica España. El 9,9% del PIB alemán invertido en Sanidad, en el 2019, alcanzó los 340.307 millones de € y España en 2019 invirtió el 6,37% del PIB, lo que en cifras netas fueron 79.315,8 millones de €.
A nivel local, las infraestructuras de nuestra comarca no cambian, incluso son peores. El puerto Bahía de Algeciras sigue empeñado en dedicarse a la actividad invasiva del trasbordo de contendores, pues tampoco se habla con nadie de su familia, la familia Fomento. Sus hermanos más importantes: Carreteras y Ferrocarriles, no ayudan ni colaboran; han renunciado a la función integral e integradora que entre todos deben realizar, por lo que las personas del Campo de Gibraltar no nos beneficiamos de ese interés general que supone un adecuado desarrollo cultural, económico y social ni nos permite ser independientes del Peñón.
Al final, pensando en el Campo de Gibraltar, siempre se acaba en el Puerto. Siempre El Puerto que, sin tren ni carreteras, solo se ve como zona de paso de personas, de camiones y de contenedores, generando más molestias que bienestar, de espaldas a las personas del Campo de Gibraltar. ¡Hasta cuándo!

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