Fin de un ciclo. Por: Ángel Luis Jiménez

No hubo la movilización masiva de las generales para las municipales y autonómicas. Creo, porque pasó la sensación de emergencia nacional que se vivió en la izquierda con el ascenso de Vox que fue clave el 28 de abril. La participación cayó, porque Vox da menos miedo, aunque ahora esté más cerca del poder y su voto es imprescindible para que la derecha gobierne el Consistorio y la Comunidad de Madrid.

En Madrid, no se hizo el milagro de 2015, que hizo alcaldesa de una ciudad históricamente conservadora a esta luchadora social que nunca quiso entrar en política, porque PP, Cs y Vox suman poder para gobernar el Consistorio y la Comunidad. Y en Barcelona puede ser alcalde con los independentistas de ERC, Ernest Maragall, el hermano del histórico líder socialista catalán Pascual Maragall.

Desde 2015, los españoles hemos vivido una vorágine electoral. Ahora España tendrá por delante varios años hasta 2.023, sin elecciones nacionales previstas. Así que ayer no se decidió solo quién gobernará ciudades, pueblos y comunidades, sino como se remata el equilibrio de poder entre los dos bloques y también dentro de ellos, aunque Iglesias se ha hundido en vísperas de su negociación con Sánchez.

En las elecciones municipales el PSOE se ha impuesto con la suma siete puntos más que el PP. Los socialistas también son el partido más votado en las autonómicas. Sin embargo, la victoria para la izquierda es agridulce al perder feudos importantes como el Ayuntamiento de Madrid y no lograr arrebatar otros, como la Comunidad de Madrid, al bloque de la derecha.

En la Comunidad de Madrid, la candidata del PP, Isabel Díaz Ayuso, será la presidenta autonómica, aunque la victoria en las elecciones corresponda a Ángel Gabilondo. El mal resultado del partido de Pablo Iglesias es una de las claves que explica el retroceso de la izquierda en algunas comunidades y Ayuntamientos, menos mal que salvaron Cádiz.

El mapa de las elecciones municipales celebradas el 26 de mayo se tiñe más del azul PP que del rojo PSOE. El partido que lidera Pablo Casado obtuvo el mayor número de votos en 2.936 ayuntamientos mientras que el PSOE consiguió ganar en 2.760 municipios, lo que no quiere decir que vayan a gobernar en todos ellos, ya que, tal y como ha ocurrido en Madrid y Barcelona, obtener la mayor cantidad de votos no garantiza la mayoría que da la alcaldía.

El entusiasmo de la izquierda quedó aplastado por un recuento que se envenenó a medida que se acercaba la medianoche y que terminó en decepción absoluta de madrugada. Primero, por el desenlace del escrutinio en la capital. El Partido Popular, con el peor resultado de su historia, suma con Ciudadanos y Vox la mayoría absoluta suficiente (30 concejales y más del 50% de los votos) para recuperar la alcaldía de Madrid.

El PSOE consolidó su condición de primera fuerza y su hegemonía en la izquierda a costa de Podemos tres años después de evitar el sorpasso. Lo hizo con un sabor agridulce. Los socialistas repitieron la victoria de las elecciones generales en las europeas, autonómicas y municipales de ayer domingo y aprovecharon el viento de cola del 28 de abril para mejorar sus resultados en todos los territorios. Sin embargo, el desplome de Podemos y sus variantes locales penaliza la suma de las izquierdas en algunas autonomías y Ayuntamientos.

En resumen PSOE gana las elecciones, Casado toma aire en Madrid y Podemos se desploma. “Alea iacta est” esta es una locución latina de uso actual que significa o la suerte está lanzada o, más propiamente en español, la suerte está echada. Y esto es todo por hoy. Mañana me ocuparé de los resultados locales en Algeciras y Campo de Gibraltar. ¿Vale?

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