La cronista de los milagros y las hecatombes cotidianas

Acabo de leer la recopilación de relatos que Nuria Ruiz ha seleccionado para publicar en el volumen que la acredita como ganadora del II Certamen de Relatos de la Agrupación poética “José Luis Cano”, que verá la luz en escasas fechas, premio que obtuvo por una narración que tiene por título Como Juan Salvador Gaviota y que nos impactó por su contundencia y por la quirúrgica radiografía de una realidad que nos apabulla cada día con sus hecatombes y sus catástrofes, pero también con sus milagros y sus portentos maravillosos en medio de la prosaica realidad.

Sabe la autora de este libro buscar lo extraordinario en medio de lo vulgar y de lo zafio y encontrar belleza entre la basura y la suciedad. Por ello recomiendo fervorosamente sus relatos, pues en ellos, se analiza de forma aséptica la sociedad que nos ha tocado vivir, sin entrar en consideraciones morales ni en apologías de ninguna clase. Así es el lector el que tiene que posicionarse ante lo que nos cuenta Nuria Ruiz en el relato, teniendo que adivinar lo que se calla y no nos desvela.

Es por lo tanto una obra abierta cada una de sus narraciones y los lectores no podemos quedarnos en un mero y cómodo papel de receptores sin voz ni voto de lo que ha acontecido, sino que, muy al contrario, tenemos la obligación de posicionarnos y reaccionar ante lo que se nos dice, para cerrar la obra en nuestra mente inquieta y traumatizada por lo que acabamos de leer.

Interesante selección de relatos esta que acompaña y complementa a la narración galardonada que continúa en la dirección de la obra ganadora y nos ahonda en la prospección que la autora realiza de las historias cotidianas que pueden suceder en cualquier momento y en cualquier lugar de nuestra urbana geografía diaria, pero siempre rematada con un suceso desconcertante y admirable que es donde radica la fuerza de la historia.

Son muy destacables las descripciones que utiliza con sapiencia la autora y los estudios psicológicos de los personajes que excavan en los sentimientos, obsesiones, miedos, filias y fobias de estas criaturas de tinta que parecen sacados de cualquier calle, casa o esquina de nuestra realidad exasperante. Me siento honrado de haber sido participe de que hoy tengamos esta pequeña joya en nuestras manos, al haber sido el presidente del jurado que decidió conceder este premio merecidamente a ese relato tan incisivo y mordaz que removió nuestras conciencias y de haber sido también el prologuista de este volumen que recoge una cuidada y bien seleccionada selección de relatos cortos de la autora que nos harán pasar un buen rato lleno de diversas y hasta antagónicas sensaciones, sensibilidades y vivencias emocionales.

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