La voz dormida.Por: Ángel Luis Jiménez.

La semana pasada falleció a los 91 años Pepita Patiño, la cordobesa que inspiró la novela “La Voz Dormida” de Dulce Chacón, obra que fue llevada a la gran pantalla por el cineasta Benito Zambrano. Pepita nunca vio la película porque rememoraba los malos recuerdos vividos en los años de represión franquista, decía “el miedo se acaba pero el recuerdo no”. La interpretación de María León como Pepita de joven le valió el Goya a la Mejor Actriz Revelación. “Comparto el premio con Pepita Patiño, que tiene 88 años y vive en Córdoba. A ella y a todas las Pepitas del mundo, por ser mujeres que han aprendido a perdonar pero no olvidan”, dijo la intérprete al recoger el premio hace tres años. Pepita justificaba no ver la película de Benito Zambrano, que adaptaba el texto de la escritora, diciendo: “Para qué, si es mi vida. Yo he pasado todo eso. Y ya lo he llorado todo. Si la viese no podría parar de llorar”. Pero no dejaba de agradecérselo a todos, a Benito Zambrano y a las actrices María León e Inma Cuesta (quien, en una licencia de guión, interpreta a una hermana presa que Pepita no tuvo en la vida real). También a todos los periodistas que se acercaron hace tres años a recoger su testimonio. “Gracias por contarlo todo. Sobre todo por ellos, por todo lo que pasaron ellos que fue mucho”, dijo recordando a los presos y a los guerrilleros de la sierra de Córdoba.Cuando se hablaba con Pepita volvía una y otra vez a la historia de su vida con Jaime, su marido y compañero. “¡Cuántos palos le dieron, cuántos palos!”, suspiraba. “Con todo lo que me lo maltrataron y lo poco que lo disfruté”. Pepita y Jaime apenas compartieron diez años. Se conocieron en 1940, en la sierra de Córdoba. Ella era enlace del maquis. Él, militante del PCE. A los pocos meses de noviazgo, la Guardia Civil capturó a Jaime. Tras un interrogatorio de 36 días en la cárcel de Córdoba, ingresó en prisión y no salió hasta 1960, tras el indulto decretado por la muerte de Juan XXIII. Jaime no llegó a vivir lo suficiente como para ver llegar la Democracia. “Lo que ha sufrido esta mujer”, decían sus compañeras de Residencia.La vida de Pepita Patiño, es la vida… y la historia… de todas las mujeres que sufrieron la represión franquista. Cuantas historias se han quedado sin contar de esa España triste y desgraciada. Benito Zambrano quería hacer posible con su película la amplificación del mensaje de esta mujer fuerte y generosa y de tantas otras como ella. Pepita Patiño decía y repetía: “Espero que esta juventud no tenga que pasar por lo mismo que yo. Y que sepan que lo que tienen hoy es gracias a lo que luchamos nosotros”.El juez de la Audiencia Nacional Baltasar Garzón dictó en 2008 dos históricos autos sobre los crímenes del franquismo -que le costaron sus suspensión como juez, y que fue contestada incluso por la ONU y por miles de personas que salieron a la calle en apoyo del magistrado-,  donde decía “El estado de derecho tiene una deuda pendiente con las víctimas de la Dictadura franquista, que se debe enmendar a través de los derechos de las victimas a recursos efectivos como son el ejercicio del derecho a la verdad, a la justicia, y a la reparación, todos ellos pilares de cualquier Estado de derecho”. Pienso y creo que la impunidad de estos hechos debe acabar ya, antes que se nos mueran todos los testigos de ese horror.Descanse en paz Pepita Patiño y tantas mujeres y hombres valientes que sufrieron la represión franquista, y que aprendieron a perdonar pero sin olvidar.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *