Yo sé quién soy.Por: Ángel Luis Jiménez

IAM/ALJ  Cuatro siglos después de su muerte, la vida de Cervantes sigue teniendo más incertidumbres que certezas. Enigmas sobre su experiencia militar en los tercios, su larga huida a Italia o su cautiverio en Argel.

Misterios de este genio del Siglo de Oro español que se prolongaron hasta más allá de su último aliento. De todo esto va mi articulo de hoy y de la lectura el 23 de abril de fragmentos del Quijote en la barriada de Los Pastores durante 24 horas.Por: Ángel Luis Jiménez.Los días 23 y 24 de abril en la Asociación de Vecinos de la Unión de Los Pastores, hombres, mujeres, niños y niñas de Algeciras realizaremos una lectura continua del Quijote de 24 horas.

Este maratón ha sido promocionado por organizaciones civiles y sociales, ya que desde las distintas instituciones del Estado no se han promovido actos a la altura de nuestro genio del Siglo de Oro, Miguel de Cervantes, en el 400 aniversario de su muerte.Al Gobierno en funciones de Rajoy le han llovido los reproches. Pero qué se podía esperar de una administración que durante cuatro años no ha hecho más que empobrecer y hostigar a los representantes de la cultura. Y Cervantes, aunque muerto y bien muerto, no deja de ser nuestro escritor más universal y don Quijote lo más característico de nuestra cultura. No ocurre lo mismo con el entusiasmo del Gobierno inglés de Camerón por Shakespeare, que murió más o menos en la misma fecha, si lo comparamos con la dejadez de Rajoy, el Plasmado, con Cervantes.Así podré decir “yo estuve allí en abril de 2016”, y me sumé de esta manera tan especial a la fiesta de la literatura. Y también podré decir como don Quijote al comienzo de la novela en el capitulo V de la primera parte: “Yo sé quién soy”.

Se lo dice al labrador que lo socorre tras el primer grave revés que tiene, pues lo acaban de tundir a golpes, de los muchos que le llegaran por sus aventuras. ¿Qué quiso decir Cervantes con esas palabras? Que sin saber quién se es no es posible llegar muy lejos, es decir, no es posible ser lo que se quiere ser. Los lectores del Quijote acaban sintiendo afecto por don Quijote y Sancho por lo mucho que nos ayudan a conocernos mejor.El Quijote de Cervantes es un libro grande, pero yo no lo querría más pequeño, aunque hoy me ceñiré a recordar la relación central que presenta: la amistad entre don Quijote y Sancho Panza. En Shakespeare no encontramos nada parecido, porque las relaciones masculinas que aparecen en las obras del autor inglés tienen aspectos muy equívocos, sobre todo en los sonetos. Las mujeres de Shakespeare son capaces de mantener autenticas amistades, los hombres, no. A veces pienso que esto es tan cierto en Shakespeare como en la vida, ¿o es un ejemplo más de la influencia de Shakespeare en la vida?Para Cervantes por más que discutan don Quijote y Sancho siempre se reconcilian y nunca flaquean en cuanto a afecto mutuo, lealtad y equilibrio entre la gran insensatez del caballero y la sabiduría admirable de su escudero. En Shakespeare (¿cómo en la vida?) todos sus personajes tienen dificultades para escucharse unos a otros. Eso no le ocurre a Cervantes que sospecho, tal y como se muestra en su obra, tenía un oído infatigable.En el Quijote pasa prácticamente de todo, pero lo más importante son las conversaciones que Sancho y don Quijote mantienen sin cesar.

Abran el libro al azar, como yo hare el 23 de abril, y es muy probable que se encuentren en medio de uno de esos intercambios, malhumorados o burlones, pero, en el fondo, siempre afectuosos y fundados en el respeto mutuo. Aún en los momentos más feroces, ambos muestran una cortesía inquebrantable, y escuchándose aprenden constantemente. Escuchar los cambia, igual que nos cambia a todos nosotros. Hay partes de nosotros que no conoceremos totalmente hasta que no conozcamos mucho mejor a don Quijote y Sancho. Qué lección de vida nos da Cervantes con su don Quijote. Os espero el 23 de abril en la Asociación de Vecinos de La Unión para seguir gozando de la lectura de don  Quijote y Sancho Panza. 

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