Importancia de dormir con una buena almohada

En primer lugar, debemos tener en cuenta es el tipo de almohada que tengamos, lo ideal es que sea una almohada cervical. Debido a que, están diseñadas para las personas que sufren dolores y molestias en los hombros y espalda, razón por la que muchos no descansan.

Si no tiene una almohada de este tipo no pasa absolutamente nada, en esta web podrás encontrar varias almohadas cervicales e incluso comparativas con otras. De este modo, puedes elegir la que mejor se adapte a ti. Esto es importante ya que no bastan con solo comprar una almohada de este tipo y ya. Sino que debemos tener en cuenta otros aspectos.

Por ejemplo, los materiales y es que como debemos saber al igual que los colchones las almohadas están hechas con distintos materiales. Cada uno de estos tienen distintas características y algunos se adaptan mejor que otros, por ende, debemos conocerlos.

El primer material que te vamos a mencionar es la almohada de recuperación que, por lo general, son de viscoelástica o una combinación de este material con carbono, gel y espuma.

Los puntos que destacan del mismo es que son flexibles y elásticos, por lo que es una almohada sencilla para los distintos tipos de cuerpos. En términos generales, son una buena opción, existe un problema y es que no son muy transpirables, por lo que pueden acumular mucho calor.

La otra opción es la espuma de memoria, la cual se llama así por su característica de recuperar su forma de manera inmediata. Esto se debe a que cuenta con un efecto de rebote y pueden ser más o menos transpirables, esto va a depender de la combinación con otros materiales o si se usa una funda térmica.

Por último, tenemos la opción de almohada de látex las cuales, si bien no son tan comunes como las mencionadas antes, tienen sus ventajas. Sobre todo, para las personas que son alergias, ya que estas no retienen polvo, el color y las bacterias.  

Con todo esto en mente vamos a retornar con otros aspectos a tener encuentra sobre una buena almohada y uno de ellos es la densidad. La misma está determinada por la cantidad de material que se contenga en su interior. Si ponemos el ejemplo de las almohadas cervicales, su densidad siempre debe ser la misma en todos los modelos.

El otro punto a tener en cuenta es el tamaño, si bien no existe una medida estándar para las almohadas, muchos fabricantes han pensado en el grado de ergonomía que quieran proporcionar. Por ende, podemos encontrarlas en distintos tamaños y formas.

Su diseño es igual de importante y aunque hay una gran variedad de ellos, la realidad es que el más común es UUQ. En este diseño, se tiene la peculiaridad de que cada lado tiene una variabilidad de tamaño, así que se puede adaptar a las necesidades de cada persona.

Si nos vamos a otros modelos más avanzados y novedosos, podemos aprovechar las almohadas con dorsal, reposabrazos e incluso relieves. La transpirabilidad es otro punto a tener en cuenta, sobre todo si sudamos mucho durante la noche. En este caso los ganadores son los modelos de látex y espuma de memoria.

No obstante, siempre existe la posibilidad de encontrar modelos más avanzados con gel y visco carbono, los cuales evitan que el calor se acumule en la superficie. Para terminar, y no menos importante tenemos la adaptabilidad, ya que una buena almohada debe darnos esas sensaciones de recogimiento y confort usual en los colchones.

Con todo lo mencionado hasta ahora queda clara la importancia de usar una buena almohada. Ya vimos todo lo que una buena almohada cervical puede hacer por nosotros por lo que si quieres descansar bien y despertar con todo el ánimo del mundo.

No debes dudar en comprar algunas de estas almohadas. Recuerda que, en el caso de las almohadas cervicales, están recomendadas para personas con dolores de espalda y hombros.

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