Cómo cuidar tu barba. 3 consejos que te ayudarán en tu día a día

Así, en primera instancia es necesario tener en cuenta que el cuidado debe partir de un corte adecuado. Es indispensable investigar acerca de los distintos tipos de barbas en función del tipo de vello facial, el corte de pelo y la fisionomía. 

 

De igual forma, es recomendable llevar un estilo de vida saludable, a fin de asegurar el crecimiento saludable. También se debe utilizar productos recomendados específicamente para la higiene y acondicionamiento del vello facial.

 

Aunado a estas consideraciones, es indispensable seguir una rutina diaria como la que se muestra en este artículo. De lo contrario, lejos de conseguir un plus de apariencia masculina atractiva. La barba pasará a ser un desastre que nos hará lucir desaliñados y poco aseados. 

Lava a diario

Este puede parecer un paso obvio, que muchas veces se olvida. El pelo de la cara recoge suciedad a lo largo del día del ambiente, de la comida y del sudor. Lavarla a diario evita que se muestre con apariencia y olor desagradable. 

 

Otro error común, es usar el mismo champú que se emplean en el cabello o aún peor el jabón corporal. La barba tiene sus necesidades particulares. Por tanto, precisa de productos específicos que cuiden tanto del vello como de la piel y los folículos pilosos. 

 

En este sentido, lo ideal es un champú compuesto por ingredientes naturales, evitando así los químicos agresivos y las siliconas. Al igual que otros artículos de higiene pueden encontrarse diversas opciones según requerimientos aún más particulares de cada caso. 

 

Una vez seleccionado el champú idóneo, se debe proceder a lavar la barba dos veces cada día. Posteriormente, es esencial retirar el exceso de agua. Pues, la humedad deteriora la cutícula del vello, también perjudica la salud de los folículos. 

 

Esto debe realizarse con cuidado, a fin de no maltratar el pelo. Lo ideal es emplear una toalla de algodón, cuyo único uso sea el secado de la barba. Si se desea, se puede finalizar el secado con un secador a temperatura media.

Nutre e hidrata 

Una correcta hidratación es clave en el mantenimiento de la barba. No sólo suaviza el pelo, también contribuye en la salud de la piel, combatiendo la irritación y la descamación. De esta forma, se promueve mayor frondosidad, brillo y un pelo libre de caspa. 

 

Se tienen fundamentalmente dos alternativas aceites y acondicionadores, también se consiguen útiles bálsamos y ceras. En general, los expertos aconsejan el uso de aceite. Sin embargo, en temporadas de mayor calor conviene favorecer el efecto de los óleos con alguna crema acondicionadora. 

 

En caso de que se esté iniciando, los aceites deben incorporarse en la rutina diaria rápidamente. Estos servirán tanto para impulsar el crecimiento como para sobrellevar ciertas molestias. Dado que la piel está habituada a ser afeitada, es posible padecer irritación o comezón mientras se adapta a la nueva situación. 

Peina y cepilla

Cuando de peinar la barba se trata, se tiene la alternativa del peine y la del cepillo. Se puede usar uno o el otro, o bien ambos. En cualquier caso, es esencial asegurarse de adquirir uno de calidad cuyo uso sea específicamente el cuidado del pelo facial. 

 

En cuanto al peine, el mercado ofrece diferentes tamaños según se precise. Así, los más pequeños son ideales para llevarlo consigo y peinar cuando se está fuera de casa. Para peinar en casa se debe preferir uno de tamaño estándar, y usarse sólo cuando se dispone de tiempo suficiente. 

 

Pues, peinar es una tarea que debe hacerse con la intención de evitar roturas al desenredar cualquier nudo. Asimismo, es la herramienta adecuada cuando aplica algún acondicionador o tratamiento que precise extenderse uniformemente. 

 

Por su parte, el cepillo no sólo ayuda a dar forma y mantenerla bajo control, también contribuye en la regulación de la grasa. Además, favorece el crecimiento de la barba, es importante cepillar en el sentido en el cual se desea que crezca el pelo. 

 

Al igual que con el peine, se debe restringir su uso a barbas limpias y preferiblemente secas. Para resultados óptimos se aconseja evitar las cerdas plásticas, prefiriendo aquellas de materiales naturales como las cerdas de jabalí.


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