Desde el Tendido 5: La corrida del sábado, así lo vi y así lo cuento

Supongamos que usted no estuvo el sábado en Las Palomas, y que hoy lee en los medio s que con más de media plaza del aforo de la plaza cubierto, se lidiaron seis toros de La Palmosilla bien presentados, y sigue leyendo que Miguel Ángel Perera salió a hombros por la Puerta de Feria tras cortar dos orejas a su segundo, que El Fandi cortó una oreja y que Ponce fue ovacionado con salida a los medios en los dos toros de su lote. Leído esto, no es mucho suponer que usted piense que ha sido una buen a tarde toros y que los espectadores se han divertido y salieron de la laza con ganas de volver hoy. Pues usted se equivoca en sus suposiciones, ya que el público cuando de verdad se divirtió fue entre el descaso entre el tercer y cuarto, o sea merendando y también cuando El Fandi cogía las banderillas que es como decir: Todos de pie a aplaudir. Espectadores que salían de la plaza con la intención de no volver a los toros.Aunque hubo otras, la principal causa del desaguisado fueron los  astados de La Palmosilla, seis toros inválidos, mortecinos, sin alma, mansos,  y que más que embestir pasaban trastabillándose cuando no cayéndose, todo ellos, mientras en el palco el señor presidente, Francisco Mejías se hacía el sueco, y al igual que estaba presto y diligente para sacar el pañuelo blanco, no encontraba el verde, hay que suponer que se lo había dejado olvidado en el hotel, y el respetable no respetado se tuvo  que tragar los seis inválidos: de auténtica vergüenza si hubiera quien la pasara. Y antes de salirme del palco de la presidencia una pregunta: ¿ Conoce alguien una plaza de toros en la que el asesor taurino en vez de un torero sea un ganadero? Como guindas negativas añadir, el que después del novedoso y bonito paseo de coches de caballo de época por el ruedo ocupados por la Reina y sus Damas de Honor, el presidente señor Mejías sacó su pañuelo  blanco para la salida del primer toro, sin darse cuenta que las dos rayas que marcan el territorio de los pecadores no se veían en absoluto debido al ir y venir de los carruajes, y que el ruedo estaba lleno de excrementos de los equinos. Tuvo que ser Enrique Ponce como director de lídia el que dijo que no saliera el toro hasta que los areneros cumplieran  con su tarea.Aunque en el Reglamento Taurino de Andalucía el presidente del festejo tiene  autoridad y argumentos para ello (expediente al canto) parece que no se quiere solucionar el tema d ellas mulillas. Primero la exhibición que no viene a cuento y luego el retrasar el enganchar el toro para su arrastre hasta que el presiente no concede el trofeo. Capítulo aparte se merece el respetable que no fue respetado en gran parte  porque  no se dio a respetar. Primero protestaba con sobradas razones la invalidez de los toros, y luego lo aplaudía todo y hasta sacaba los pañuelos pidiendo trofeos sin medir la faena del torero en función del toro que tenía delante: un muerto en vida. Y acabo con una verdad como un templo. No hay duda de que los Toros están en crisis que se ve aumentada por la  situación económica, mientras los  antitaurinos  intentan  acabar con la Fiesta, que es algo que solo van a conseguir los taurinos ya que la Fiesta el peor enemigo lo lleva dentro, los que la manejan y la prostituyen, y meto en el saco a algunos profesionales de la crítica taurina cuyas crónicas  parecen  referirse a otra corrida distinta y hasta distante y que ya no engañan a nadie.Firmado ARD

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