Protestar rejuvenece. Por: Ángel Luis Jiménez

IAM/ALJ La pasada semana los pensionistas salieron a las calles de toda España, desde Algeciras hasta Irún, reivindicando unas pensiones dignas.  Y esta exhibición de masas no ha hecho más que comenzar, porque sus plataformas cada día están más activas, aunque haya discrepancia entre ellas. Dicen, “que no tienen cosa mejor que hacer por sí y por sus nietos”. Y utilizan un buen lema y de lo más transversal: “Los pensionistas quitamos y ponemos gobiernos ¡ya!”.

 

Pero no creo que sólo estén en la calle por sus pensiones -que también-, sino que están cuestionando sin banderas partidistas el sistema, sus prioridades y en qué país quieren vivir de “mayores”. Tienen conciencia de pertenecer a algo más grande, enorme, de mucha gente, y se han dado cuenta que este Gobierno solo reacciona si se le mete miedo. Los pensionistas se han vuelto tan increíblemente subversivos como sus nietos, los jóvenes del 15-M. Encima los pensionistas, pese al agua, el viento y al mal tiempo, se divierten, porque protestar les rejuvenece.Entre los 10 millones de pensionistas no hay dos jubilaciones iguales. La pensión media es de 932,3 euros al mes. Pero no todos cobran la media. El 25% cobra la pensión mínima, incluso ahí hay una gran diversidad, y no todos tienen una pensión máxima, porque este grupo no es muy amplio. El sistema cuenta con una treintena de categorías, tomando solo las referencias de las prestaciones, y lo que es más evidente y lo reflejan los datos es que el 51% de las ayudas se sitúan por debajo del salario mínimo. Si dividimos a los pensionistas por sexos se observan también diferencias muy apreciables en su composición que explican parte de la brecha de género. Todos estos datos muestran la escasa homogeneidad del colectivo de pensionistas. Pero es que además la diversidad se incrementa porque no es igual vivir en Madrid que en Algeciras o tener un patrimonio que se haya acumulado a lo largo de la vida… quien haya podido. Sin embargo, ahora todos los pensionistas han hecho un bloque monolítico y todos van a una como en Fuenteovejuna.Las movilizaciones del sábado 17 de marzo muestran que existe un reto generacional, que exige más reformas y bastante más dinero para unas pensiones dignas. Los pensionistas se han anticipado casi sin avisar a los tiempos del Gobierno del PP y a ese necesario debate sobre crecimiento, distribución y pensiones. España crece sin distribuir adecuadamente la riqueza que genera.

 

En 2017, el PIB creció un 3,1%, los beneficios empresariales y dividendos distribuidos (hasta septiembre), un 5,1% y un 11,7%, respectivamente. El IPC medio un 1,96% (1,1% a diciembre), los salarios un 1,44, y las pensiones un 0,25%. ¿Dónde está la equidad? Ante estos datos, los expertos del Gobierno, en lugar de presentar opciones posibles para mejorar las pensiones, como deberíamos esperar de los científicos sociales, insisten en restricciones presupuestarias inmodificables y en reducir los gastos en pensiones. Sin pensar que las pensiones suministran rentas imprescindibles para el 19% de la población española. El Gobierno del PP ya ha dicho no, pero espero que la oposición diga si, y se comprometa con el sistema público de pensiones, pero dotándolo de recursos suficientes y un mejor diseño para que evolucione atendiendo a nuestras prioridades como sociedad de un Estado social y democrático de Derecho como dice el artículo 1 de la Constitución Española.

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