Yo reportero: “Como votar a Podemos cuando eres del PP”

IAM/plazapodemos Yo, votante del PP «inercial de toda la vida», voté a Podemos. En las últimas generales, y las anteriores, voté al PP. Fue tapándome la nariz porque me parecía que todo el sistema estaba podrido. Pero ante las tonterías que percibía de ZP (póngase esto en su contexto), ansiaba un partido fuerte capaz de hacer «lo necesario». Qué cruel error.

 

Mucho antes de las elecciones europeas, yo ya había decidido no volver a votar jamás al PP. ¿Pero entonces? Me di cuenta de que en realidad yo no comulgaba con el PP, sino votaba en contra del PSOE. Tal es la mezquindad del bipartidismo. El mismo domingo electoral todavía no sabía qué hacer. Revisé en Internet la lista de partidos que se presentaban. Me llamó la atención uno que se identificaba como «transversal», término político que desconocía. Era Podemos.

Al visitar la web me pareció una asociación de amigos muy optimistas: un profesor, un parado, un científico… La verdad es que no hice mucho caso. La cara visible se me antojaba un poco extraña, no parecía un político. Una búsqueda rápida en Youtube me mostró que era un tertuliano que participaban en esos programas que me enfermaban por la mala educación que destilaban y la imposibilidad de llegar a entender algo de lo que decían. La excepción es que éste parecía educado. En cualquier caso perdí rápidamente el interés y seguí viendo partidos.

Una segunda vuelta y seguía sin saber qué hacer. Esta vez opté por leer un PDF de Podemos. Fue bastante chocante, porque en ese momento conectó conmigo. Algunos vídeos más me sorprendieron: parecía que hablábamos en el mismo lenguaje. Fue un poco perturbador, porque ya había investigado lo suficiente como para ver que era abiertamente calificado como izquierda, una posición política totalmente ajena a mi. Hasta el momento. Me sentía como si hubera salido del armario político, y bueno también como un gilipollas, aproximadamente a partes iguales. Camino del colegio electoral, no sabía qué hacer. Tenía otros partidos pequeños en mente.

Al llegar al colegio, no había nadie. Un policía aburrido, un par de mesas vacías. No sabía qué mesa me tocaba y no encontraba las listas. Porque no había listas, el formato había cambiado. Curiosamente, la única persona que había allí, se dedicaba a ayudar a todo el mundo y era un chaval de Podemos que fue muy amable conmigo. Luego encontré una cara en la papeleta que me miraba.

Fue la primera vez que votaba con una sonrisa. Y la primera vez que estuve atento a los resultados. El resto ya es historia. Solo añadiré dos cosas: 1. Nunca antes había tenido ganas de entrar a un foro para hablar de política. 2. Estoy sorprendido por la cantidad de acusaciones y ataques que ha recibido Pablo Iglesias, pero no me lo trago. Nunca más. De hecho, incluso aunque fuera todo eso que se dice (bolivariano filoetarra proiraní marxista revolucionario bolchevique), que lo dudo mucho, antes prefiero a un bolivariano filoetarra proiraní marxista bolchevique en el gobierno que al PP; tal es mi hartazgo.

 

 

RESPUESTA

 

En mi caso, hace 1 o 2 años yo me consideraba una persona de derechas… o mejor dicho, liberal (aunque siempre he pensado que la educación y la sanidad deben ser públicas ya que el beneficio económico es incompatible con esas funciones). Tiene sentido pagar menos impuestos a cambio de menos servicios, y que empresas privadas compitan entre si para ofrecerle al consumidor el mejor servicio posible con el menor precio.

 

El problema es que te das cuenta que el liberalismo económico no es lo que busca el PP ni el PSOE. Sus privatizaciones consisten en malvender infraestructuras y dejar a un amigo en posición dominante en el mercado, de manera que pocos puedan hacerle frente. Y si por casualidad una empresa llegara a la altura, siempre se puede pactar un oligopolio y regular para que no se rompa. Sin competencia, solo conseguimos tener precios muy altos y servicios nefastos… precisamente lo que se critica del sector público. Pero esto es lo que hacen estos partidos, gobernar en contra de todos los españoles y a favor de unos pocos que hacen negocio.Otra manera que tiene de utilizar el sector público para lucrar privado son las adjudicaciones, y las de la gestión de hospitales es la más sonada. ¿A quién quieren engañar con eso? La gestión privada sólo es más eficiente cuando tiene competencia.

 

¿Cómo va a ser mas eficiente nada cuando lo único que haces es añadir una empresa parasitaria?Cuando ves este tipo de actitud, no te queda otra que replantearte tu propio liberalismo. Porque esto no es liberalismo, es parasitismo. Donde unas pocas empresas han crecido gracias a lo público para que los políticos que las han beneficiado acaben trabajando en ellas.Antes de que apareciera Podemos, yo me estaba planteando incluso votar a IU. Fíjate lo que ha cambiado mi mentalidad desde hace un par de años.Lo que peor me sienta de todo, es que ataquen a Pablo Iglesias pensando que es Podemos, con la mentalidad de partidos verticales que tienen ellos. Y que lo hagan diciendo, por ejemplo, que apoya el régimen bolivariano, mientras ellos se dan golpes de pecho con lo democrática que es España. Parece que se olvidan de que vivimos en un país, que donde se está planteando una reforma electoral únicamente porque el bipartidismo se está debilitando, o donde en Valencia echan a una diputada solo porque molesta que vaya protestando contra la corrupción. Personalmente creo que ahora mismo, España da mas miedo tal y como está ahora que como intentan hacernos creer que será si Podemos llega al poder.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *